Comenzamos la aventura desde la plataforma de Gredos
dirección al Almanzor.
Sin apenas referencias de lo que me esperaba y
confiando en mi amigo emprendimos
camino. El sol de agosto y un interminable desnivel positivo daban pistas de lo
duro de la ruta; la brisa fresca, el paisaje, la fauna y la compañía se
confabulaban para embellecer una experiencia única.
Llegamos a la primera cima y una cabra nos da la bienvenida y nos pide un aperitivo. Después del avituallamiento y la foto de rigor seguimos adelante. Caminamos durante horas no sin dificultad sobre las milenarias rocas desprendidas de la cara de la montaña hasta casi llegar a los pies del Almanzor donde comimos. Sobre las 18:00 de la tarde llegamos al punto más alto y más lejano de nuestra excursión. Muy cansados y extasiados por las vista que nos saludan disfrutamos un poco del silencio antes de bajar a La Gran Laguna para descansar tras la dura jornada. Las estrellas y el canto de las ranas nos llevan con Morfeo. A la mañana siguiente ya con alguna agujeta haciendo presencia, emprendemos el camino de vuelta al coche esta vez por el camino adoquinado que regresa a la plataforma por el exterior del circo de Gredos. Dos horitas de camino que acaban en un baño en una poza cerca del coche que nos da vida y nos da fuerzas para volver a casa, dando fin a una vivencia inolvidable que nos llevamos con nosotros para siempre.
escrito por mi compañero ( amigo, hermano confidente etc)
PURA LOCURA !!!