Llegamos a Robledo de Chavela envueltos en un niebla que parecía que nos perseguía desde nuestra salida de Torrelodones, mirabas hacía las montañas intuyendo que no sería un día para disfrutar de las vistas que siempre nos asegura la montaña.
La niebla era algo con lo que no había caminado durante tanto tiempo en una de nuestras salida, el viento y el frío aparecen escondida por la esquinas de la densa muralla blanca. Cuando llegamos a la cumbre se nos apareció por sorpresa siendo la mejor ventaja que nos regala la niebla. Esta salida la repetiremos seguro que en primavera mezclandola con otro recorrido, ya que la zana da mucho juego con varios recorrido.
La fotografía de la zona merece la pena volver
NIEBLA
La sorpresa que nos tenía guardada Fermín en esta salida era algo diferente. Muy lejos de la montaña y de los paisajes tan espectaculares que nos tene acostumbrado. Esta vez el entorno elegido era la ciudad.(Madrid) sin grandes desniveles ni una espesa vegetación.
Los edificios y el bullicio de los coches me despistaba un poco pero al rato mi cámara empezó a funcionar, mis compañeros muy madrileños ellos contaban anécdotas e historias de Madrid, disfrutando mucho del paseo.
hay gente que no tiene la suerte que tenemos nosotros, de poder salir al monte con regularidad y tener un guía de montaña que comparte sus experiencias. Pero el mejor reto es salir de casa aunque sea por la ciudad siendo la mejor medicina para muchas enfermedades, ( yo lo puedo corroborar ).
pd; al final del camino comimos en el Rocío, un restaurante muy coqueto, de su cocina sobresale los mejillones en salsa, ubicado cerquita de la Plaza Mayor, no tiene perdida.
